Cuantas veces no hemos querido desaparecer o que alguien desaparezca de nuestra vida, o tal vez en forma de desprecio nos referimos a esa persona como “el difunto” parece un mal chiste pero en ultimas fechas mi querida Roxana y yo lo hacemos, dejo de ser innombrable por ser “el difunto” cada una refiriéndonos a algún ex.
Y no es que en verdad deseemos su muerte, no a decir lo verdad lo hacemos como una burla sarcástica de nuestro “acontecimiento” Sabines en su infinita sapiencia dijo un día, “¡Qué costumbre tan salvaje esta de enterrar a los muertos!, ¡de matarlos, de aniquilarlos, de borrarlos de la tierra! Es tratarlos alevosamente, es negarles la posibilidad de revivir.” y en la vida es así solo queremos enterrar el pasado y continuar nuestro camino.
Sin tener la sombra de esa persona que te persiga por todos lados a donde vas… terminar todo… aniquilar todo, el dolor y la espera, pero también los buenos momentos y las alegrías, hay veces que de nada te sirve continuar con los recuerdos.
¿Cuántas veces he enterrado?
¿Cuántas veces los he matado para no poder revivirlos ni a ellos, ni a mi pasado?
¿Será una mala costumbre a caso?, esta de enterrar a los muertos, llorarles, velarlos y terminar por olvidarlos!!!
Mi pregunta para ustedes hoy es:
¿a cuantos muertos has enterrado y llorado?
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