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Me declaro dormida, porque tus brazos me arrullaron, cuando más tristeza tenía albergada en la profundidad del corazón destrozado… Y tu fortaleza cuido mi sueño, mientras me hablabas de hadas y duendes, de princesas y dragones.
Me declaro desnuda, por que tus ojos me miran como nadie me ha mirado… andrajosa y taciturna así me empezaste amar y deje de ser una más para convertirme en parte de tu esencia, en la mitad perfecta de esas alas que necesitabas para volar.
Me declaro muerta, cuando tus labios arrogantes no caminan a mis labios lánguidos y exangües, ese jugo de dioses, derramado en copas, que los simples mortales no podemos ni aspirar.
Me declaro malvada y cruel arpía, cuando tus manos no sosiegan a mi mano, cuando me quitan la tranquilidad de tu calor y la suavidad de las caricias etéreas que tienes para dar…
Me declaro en guerra, y te declaro pasivo, cuando estás conmigo, cuando tomas mi pelo y susurras palabras de amor a mi oído… enamorado de tu voz….
Me declaro incompetente para este amor, que llena mi sangre de fuerza fiera, para vivir cada segundo al máximo…
Me declaro loca e incoherente, cuando tus pasos no van a mi cama y tu cuerpo mis sabanas ya no envuelven más…
Me declaro maniática, cuando el aroma de tu piel en medio de la noche se esfuma y solo quedan huellas de tu paso por la almohada, lugar perfecto e imborrable que guarda la silueta de tu cabeza…
Me declaro masoquista y cobarde, por no saber vivir sin ti y sin tu ternura que me llena las entrañas como nunca nadie las lleno…
Me declaro poeta, por escribirte mis amores, mis deseos y desvelos en inmensas hojas de papel, olvidándome de la métrica y la rima, solo quedándome con el puro placer de ofrecerte mis palabras como te ofrezco noche a noche mi piel…
Me declaro excitada del roce de tus manos, del fuego de tu mirada y de la saliva que recorre mi parte más exacta, donde se funde tu hombría y mis ganas.
Me declaro incompetente para este amor, que me tiene en el hilo del abismo entre la pasión y la razón.
Me declaro mujer, me declaro tuya, cuando me tocas y penetras, cuando haces hervir mis ganas, con caricias con gemidos y esencias que nacen de la sequia de tus poros
Me declaro arrogante cuando camino al lado tuyo, cuando tu mano cautiva mi mano
Me declaro confusa, borrosa, indeterminada, cuando tu mirada baja a decirme las palabras que no quiero escuchar, pero que las dices con dulce sutileza, para no lastimar
Me declaro celosa, ambiciosa de tu tiempo, no quiero que lo compartas con nadie más, quiero saberte mío, in compartido, indivisible…
Me declaro salvaje, cuando a mi puerta no llega la delicadeza tus pasos por la alfombra, cuando las escaleras no anuncian tu llegada hasta mi lecho, donde te espero ilusionada.
Me declaro artesana, cuando esculpo tu cuerpo, como figura griega de dios etéreo.
Me declaro mujer, tu mujer y tu hembra, tu sol y tu luna, tu día y tu noche, tu sol y tu sombra, tu luz y tus tinieblas, me declaro tuya, en cada poro de mi cuerpo, tuya en cada tramo de mi piel, que se enciende con tu aliento, me declaro viva y muerta cuando empiezas o terminas en mi cuerpo.
Me declaro tu esencia, tu vida tu casa, ese lugar perfecto donde guardas tus memorias, tus promesas, tus porque.
Te declaro mío, solo, inmortal, cuando te marchas, cuando terminas con la magia que llena de luz los días de profunda oscuridad.
Te declaro mi amor, mi serenidad, mi confianza y mi resignación, porque solo quiero escucharte decirme que me amas de verdad, cuando me encuentro dormida, cuando no recibirás una respuesta de veracidad.
